«Cuando estás en el sitio donde tienes que estar y estás haciendo lo que tienes que hacer, todo encaja». Aunque la historia de Bauskain se remonta a la Edad Media, vamos a viajar solo unos poquitos años atrás para hablar de cuando Fernando Gaytán de Ayala y Maestre recibe la finca en herencia y su esposa, María Asunción Gaytán de Ayala y Domínguez, Asun, —emprendedora, trabajadora y con mucha intuición—, decide transformar el caserío en un lugar para celebrar bodas, en una época en la que casarse en un pueblo, en plena naturaleza, era una nouveauté. Sin embargo, sin riesgo no hay aventura.
Comenzaron así las obras de restauración de los caseríos Bauskain y Elorregui, adecuaron las instalaciones, la cocina, transformaron una antigua vaquería e incluso, con sus propias manos, Fernando plantó tuyas, plataneros, olmos… en medio de la pradera.